Arquitectura, enseñanza, objetivos, proyecto, niveles curriculares, programas y otras cuestiones...
- Antonella Vico
- 11 abr 2017
- 2 Min. de lectura

La arquitectura es una actividad apasionante y especifica; la pueden enseñar quienes la diseñan y construyen, y aprender quienes la practican inmersos en ella. Al fin enseñar es una forma de hacer arquitectura.
A lo largo de la historia del Movimiento Moderno, la noción de arquitectura, fue y es objeto de definiciones, desde la clásica definición de Le Corbusier en 1923 "la arquitectura es el juego sabio de volúmenes precisos y magníficos, ensamblados bajo la luz". En esta apretada síntesis el maestro vincula la arquitectura con el arte (volúmenes magníficos ensamblados), con la ciencia (juego sabio de volúmenes precisos) y la naturaleza (la luz), marcando un rumbo que aún hoy es válido.
La idea corbusierana, desde la perspectiva contemporánea, conduce a entender la arquitectura como una actividad que conjuga aspectos científicos, sociales, tecnológicos y artísticos. La idea de asociar su estudio profesional con un laboratorio científico, en la búsqueda de elementos relevantes que enmarquen la acción. La concepción tipológica requiere de procedimientos de investigación pertinente y rigurosa, pero también de una síntesis crítica para depurar la esencia de cada uno de los tipos urbanos y arquitectónicos. En nuestra propia experiencia proyectual y pedagógica, debemos vincular la Práctica proyectual con otras actividades básicas: Investigación pertinente, Estructura teórica y Estructura crítica.
Estas actividades actúan dialécticamente para producir las ideas y mecanismos que guían el proceso proyectual definiendo un campo proyectual muy amplio. El sistema proyectual tipológico, es en sí mismo un proceso de investigación, con diversos puntos de interés como lo son: la morfología, el espacio, la geometría y el lenguaje, urbano y arquitectónico.
Otro tema actual, lo constituye el uso riguroso de energías alternativas y la incorporación de nuevos materiales de construcción, que se corresponden con tecnologías innovadoras; por ejemplo las investigaciones sobre cómo construir las fachadas, buscando armonizar climas naturales y artificiales que corresponden a ciudades e implantaciones diversas, dando respuestas concretas para cada caso.
También la investigación abstracta, estadística, espacial y morfológica, para iniciar el encuadre de un proyecto, usando y procesando datos y registros numéricos, superponiendo en distintas capas esos datos. El equipo holandés MVRDV ha producido obras interesantes con este mecanismo, la raíz de esta metodología proyectual conduce a la arquitectura de sistemas que atendió algunos problemas con rigor casi científico y lo estructura mediante una generación geométrica muy potente, basta recordar las experiencias de los arquitectos holandeses Habraken y Hertzberger.
Y las investigaciones sobre nuevos modos de habitar y la vivienda en sus múltiples formas y destinos, es la que posee mayor interés, de ahí la abundancia bibliográfica mundial sobre este tema y el particular y prioritario interés del Taller.
La estructura teórica refiere a la posibilidad que el estudiante tiene de construir su propio andamiaje teórico, su propio espesor intelectual y que debe vincular necesariamente a la gente, la cultura, el lugar, la historia y la disciplina. Estos cinco puntos de partida en la construcción teórica, son la base que aporta certezas en la práctica proyectual, necesarias para operar en distintos temas, independientemente de la escala.
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