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casa procrear | tandil - argentina | 2022

Como consecuencia del uso extendido de internet se están reconfigurando los modos de habitar  y trabajar. La disponibilidad de nuevas tecnologías fomenta que distintas formas de pensar y  actuar puedan coexistir. Un lugar fácilmente reconocible de este fenómeno es el barrio “ex quinta  Garbellini”, de la ciudad de Tandil, que estructura el loteo y las viviendas de la línea de crédito  ProCreAr. Se trata de un barrio multicultural donde conviven vecinos diversos entre sí,  fortaleciendo el concepto de mixtura social.  

La casa es, y ha sido siempre, un espacio de trabajo. Se trata del ámbito central de la reproducción  y realización de tareas domésticas, como así también, el de labores productivas. Por tal motivo,  la propuesta inicial proyectada ya prevé su crecimiento futuro con la premisa de flexibilidad de  usos. 

Esta casa se pensó como plataforma doméstica multiusos, reproductiva y productiva. En cuanto  a la idea reproductiva se trata de las tareas de cuidado e interacción que construyen los vínculos  sociales. La aceleración de los procesos que trajo la pandemia puso énfasis en repensar el vínculo  entre lo doméstico y lo productivo. El papel productivo de la vivienda plantea para el diseño retos  importantes y al mismo tiempo diferentes-nuevas oportunidades sociales que requieren  especialización, tanto interior como exterior.  

La familia propietaria piensa crecer a futuro en dos etapas. En planta baja, hacia el fondo del  terreno van a montar un taller boutique. De ahí surge la propuesta inicial de retiro lateral y  “pasada al fondo”. En cuanto a la planta alta, piensan sumar un nuevo módulo de habitación,  para mutar la segunda habitación actual en ámbito de trabajo.  

La casa unifamiliar se materializa con un sistema constructivo tradicional racionalizado, de bajo  coste y mantenimiento. Se propone el uso de materiales tradicionales, y naturales –locales- en algún caso, como la piedra gris; reminiscencia a la cultura tandilense.  

Tratándose de una caja blanca contenedora de todos los espacios interiores y su vínculo con los  bordes son la terraza que completa el ancho de frente y la convierte “entre medianeras”. En el  frente la caja se eleva, dejando una planta libre estrecha que resuelve los accesos peatonales y  vehicular, apoyándose sobre el muro de piedra aludido. 

La materialidad se resuelve con platea y entrepiso de hormigón armado y cerramiento de la caja  en mampostería de ladrillo hueco cerámico enlucido blanco. La cubierta es de chapa sobre  estructura metálica de mínima pendiente. En el interior, los revoques son enlucidos a la cal y  pisos porcellanatos. La carpintería es de aluminio anodizado natural de alta prestación con DVH. 

Los solados exteriores se ejecutaron in situ, a modo de fajas de hormigón alisado que inducen los  distintos accesos.

 

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