Casa PECE se ubica en Tandil, al sudeste de la provincia de Buenos Aires y en el pedemonte del sistema serrano de Tandilia, uno de los más antiguos del mundo.

La vivienda se encuentra en un barrio cerrado a 15km de la ciudad, en un entorno que lleva a abandonar la actividad urbana y facilita el desarrollo de programas más distendidos y conectados con el paisaje.

 

El terreno de esquina, con medidas 46m x 41m, con orientación SE-NO, dejaba muy definida la implantación y la idea de partido de la vivienda. El hecho de contar con un terreno amplio nos dio la posibilidad de orientar y ubicar el proyecto con total libertad. La decisión fue cerrarse al frente y lateral S-SE, tomando todo el ancho del terreno para lograr las mejores visuales hacia las sierras, potenciando también las virtudes de todas las orientaciones. 

Respetando los retiros obligatorios del barrio, al retirarse de frente 4m y de un lateral 3m, se ganó en intimidad. A su vez un conjunto de árboles añosos delimita virtualmente los límites del terreno hacia una de las calles y genera un espacio de luces tamizadas y sombras para disfrutar en cualquier época del año.

 

El proyecto se estructura en función de potenciar el paisaje mediante una casa de disposición lineal. El vagón corrido de casa PECE ocupa el máximo posible del frente del terreno, cubriendo y descubriendo, el paisaje a medida que el programa y las orientaciones así lo requieren. Dicha implantación en el terreno, mirando desde el frente hacia el fondo o desde el fondo hacia el frente, propone distintas secuencias y visuales cruzadas. Hacia las sierras el paisaje se enmarca y se mantiene detenido, hacia el horizonte el campo marca la inmensidad de la llanura pampeana. 

 

Nuestros comitentes son una pareja que quiere disfrutar del retiro y del contacto con la naturaleza. El encargo fue hacer una casa de materialización austera, diseñada y confortable para disfrutar del crudo invierno tandilense y de los fuertes soles de verano. El programa: dormitorio principal en suite, dormitorio para huéspedes, un baño que sirva tanto hacia el interior como al exterior y gran área social cubierta y semicubierta.

Decidimos entonces, generar una fachada principal, la que podríamos denominar contrafrente, completamente orientada hacia el norte, donde se vuelcan cada uno de los ambientes que conforman la vivienda.

La casa se extiende hacia las sierras a través de una galería, que tiene una altura de 2.26m, menor que el interior de la vivienda, lo cual acentúa la horizontalidad del proyecto y a su vez, brinda mayor protección a la incidencia solar. El cerramiento del contrafrente se materializó por medio de grandes aventanamientos corredizos que al abrirse unifican los espacios interiores con la galería, acentuando la relación interior-exterior, de este modo, la apertura permite ampliar el sector social de la vivienda a un gran espacio semicubierto en estrecha relación con el exterior, que incluye la parrilla.

La fachada sur, es en cambio una fachada más cerrada, con bandas verticales de mampostería con orientación E y unas rajas de carpintería de piso a viga para ganar visuales al espacio común del barrio, situado frente a la calle.

La ubicación de los espacios se resuelve en función de generar el área social en el centro de la vivienda, articulados por un patio interno, se agrupan en un extremo los dormitorios, mientras en el otro extremo se ubican los locales de servicio, como el garaje semicubierto y el lavadero. 

 

En cuanto a materialidad, tal el pedido de austeridad, se utilizó un sistema constructivo tradicional mixto: estructura modular de hormigón armado y ladrillo cerámico hueco enlucido. Las carpinterías de aluminio anodizado negro juegan en sintonía con el tono gris claro de revoque plástico. 

 

La premisa fundamental fue apreciar la naturaleza y lograr un estado de equilibrio entre el entorno construido, la piscina y el área verde natural aportando su dimensión.